23 sept 2007

Sueños

Desperté con el ruido de la calle, era insoportable, molesto. Los rayos de luz de una mañana soleada, se dejaban ver entre las cortinas, alumbrando mi habitación, hecho que también me incordiaba un poco.
La ventana estaba abierta, supuse que anoche mi despiste hizo dejarla así.
Miré el móvil. Eran las cinco de la tarde. Mi boca estaba seca, pastosa. Mi cabeza parecía estallar.
Todo era consecuencia de una resaca horrible.
Era domingo, mi día libre, el día en el que me dedicaba a no hacer nada. Mi ruta era del sofá a la cama pasando por una ducha de relax de una hora aproximadamente, con música ambientada en un aire de tranquilidad.
Comencé a recordar todo lo que había pasado en la noche. Lo primero que se me vino a la cabeza fue Elena. Ella y mi ridícula actuación en el baño. Al acordarme, decidí no levantarme de la cama.
No quería pensar, no quería acordarme de nada más, pero su nombre no paraba de sonar en mi cabeza, Elena, Elena, Elena... y me quedé durmiendo.
Desperté de pronto, sobresaltada. Ya no había ruido. Poca luz entraba por la ventana. Alcancé a coger el móvil, eran las doce de la noche. Mi boca seguía seca, pastosa, pero mi cabeza estaba ya con normalidad.
Había dormido demasiado, pensé. Me encontraba excitada, y empecé a hacer memoria sobre lo que había soñado...
"Entré en una habitación oscura, sin ningún rayo de luz que me dejara ver en qué sitio me encontraba.
- No te quedes parada. Pasa - Una voz que no sabía de dónde procedía pero que había reconocido con facilidad.
Una pequeña luz roja se encendió en un rincón de la habitación de forma ascendente. En un sillón colocado en mitad, sin nada alrededor, estaba Elena sentada.
La habitación era pequeña. No tenía decoración alguna. Una luz en una esquina, un sillón en medio, sentada Elena y yo frente a ella.
- Te estaba esperando - Elena sostenía mi mirada sin pestañear. Su expresión era seria, casi desafiante.
- No entiendo que hago aquí - Por el contrario, mi voz titubeaba, mis manos sudaban y mi mirada se rindió ante la suya, dirigiéndose hasta el suelo.
- Has venido a buscarme, y yo te estaba esperando - Su voz denotaba seguridad.
Se situó detrás de mi, muy cerca, pues iba notando su respiración en mi cuello. Posó las yemas de sus dedos en mis hombros y los comenzó a deslizar dibujando la silueta de mi cuerpo. Un escalofrío, más intenso aún, volvió a recorres mi cuerpo. Me gustaba, esta sensación me gustaba, hasta tal punto que decidí darme la vuelta para estar frente a frente, pero al hacerlo, Elena desapareció y yo desperté...."
Desperté sola en casa y excitada por un sueño...

3 comentarios:

Raúl dijo...

Creo que destacaré lo mismo que en el anterior relato, demasiadas palabras para pocos hechos...

Pero la idea de estas historias es muy buena, sigue por ahi y ve tu misma puliendo lo que tu creas q son errores.

Mucha Suerte!

Víctor Rodríguez dijo...

Me encanta, tienes que seguir asi. No se si es verdad o es tu imaginación pero me gusta leer estos sentimientos. 1 besote guapa

vidayhombres dijo...

Primero, darte las gracias por el comentario en mi blog.
Tu historia me está encantando, he leido todo lo que has publicado hasta el momento, y espero que públiques un post más.
NO creo, como dicer raul, que utilices demasiadas palabras para pocos hechos; sino más bien, creo que intentas enbellecer lo que escribes; yo, por mi parte, te sigo animando a que continues en la linea que has seguido hasta el momento.

Un abrazo!