7 oct 2007

Decepción

Estaba decidida. Aquellas palabras de Andrea me habían servido para lanzarme y darme cuenta por fin por qué me estaba pasando todo.

Lo tenía todo planeado. Iría el sábado noche al mismo bar donde nos conocimos, donde tuvimos el encuentro del baño, pero esta vez iba a ser diferente, me acercaré a ella, entablaré una conversación entretenida hasta ir poco a poco acercándome a ella y ahí estará la respuesta y sabré por qué no puedo quitármela de la cabeza.

Llegó el sábado noche. Me puse un pantalón vaquero, ceñido al cuerpo para resaltar mi figura, un top blanco y la chaqueta a juego con el pantalón. Un buen perfume y poco maquillaje. Salí de casa...

Entré en el bar y no había mucha gente, para decepción mía, Elena no estaba. Todo había sido para nada. Decidí tomarme una cerveza en la barra mientras mi desilusión se iba convirtiendo poco a poco en un cabreo. Yo necesitaba verla, hablar con ella y el día que estaba decidida a hacerlo, ella no estaba en el bar, algo que me pareció un poco extraño, pues según sabía, Elena adoraba venir los sábados por la noche a este sitio.

- Hola -

Me dí la vuelta para ver quién me hablaba. Era Elena, estaba aquí, no lo podía creer. Un nudo en mi estómago se apoderó de mi, pero reaccioné a tiempo.

- Hola, ¿que tal? - Elena se acerco y me saludó con dos besos. Vestía ropa negra, igual que la última vez que nos vimos.

- Bien - respondió con una sonrisa - ¿estas sola? -

- Si - mi cara mostraba sorpresa, no contaba con esa pregunta, qué pensaría de mi, de una chica que va sola un sábado noche a tomarse una cerveza - estoy un poco agobiada y necesitaba despejarme - fue lo primero que se me ocurrió decir - ¿y tú?

- Bueno no - me decepcioné al escuchar sus palabras en un principio - en este momento estoy contigo. - Las dos sonreímos al mismo tiempo.

Mis nervios iban desapareciendo poco a poco. Entablamos una conversación sobre el trabajo, a qué nos dedicábamos cada una. El muro que había entre nosotras se iba rompiendo poco a poco. Me gustaba esa sensación, me sentía bien a su lado.

Intercambiamos el número de teléfono. No parábamos de charlar, de reír, de dirigirnos miradas - esta es mi oportunidad - pensé.

-¡Hola! - Una chica delgada, de gran belleza, morena de piel y también de pelo, besó a Elena de forma suave y cariñosa.

- Os presento, ella es Bea, ella Kyrsteny. -

- Encantada - respondí. (-No puede ser - pensé - tiene novia -) y en mi rostro solo se reflejaba la decepción.

- Bueno Kyrsteny, nos tenemos que ir. Vamos al cine, ¿te quieres venir? - Las palabras de Elena me sonaron a premio de consolación.

- No gracias - Respondí cordialmente.

- Nos vemos. Pásalo bien - Bea agarró la mano de Elena y se marcharon.

Me esperé cinco minutos más en el bar. Pagué la cerveza, cogí el bolso y me fui a casa. Cuando llegué tenía celos. Celos de Bea porque había estropeado mi noche y deseaba estar en su lugar - por lo menos tengo su teléfono - me dije - aunque sea mi segundo premio de consolación de la noche. -

Me puse el pijama y me fui a la cama. Sonó el móvil. Era un mensaje.

"Me ha encantado hablar esta noche contigo. Siento mucho haberme ido así. ¿Te apetece mañana tomar un café? Buenas noches."

Me tendí en la cama, sonreí, me sentía decepcionada pero a la misma vez feliz, apreté el móvil fuerte contra mí y me quedé dormida...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen título para esta entrada, que decepción, espera algo entre Kyrsteny y Elena. Un saludo.